Las emociones bloqueadas se disfrazan de personas

  Me han escrito tres lectoras para pedirme si podía explicarles mejor algo que he dicho en el artículo anterior de este blog. Así que aprovecho para desarrollar más ese tema para quienes me lean.
 
  Parece que a algunas personas les ha llegado adentro eso de que “cuando recordamos eventos pasados y nos viene la imagen de querer hacer daño a algún ser querido, es en realidad una emoción bloqueada que necesita tomar una forma, disfrazarse de algo para manifestarse”.

  En primer lugar, debo aclarar que las emociones, en sí mismas, son neutras. Ni son positivas ni son negativas (en todo caso serían positivas, ya verás por qué). Las emociones sirven para darnos un mensaje acerca de la realidad que estamos viviendo. Son un mecanismo de la naturaleza que nos da una información acerca de lo que nos gusta o no, lo que nos conviene o no, lo que queremos hacer o lo que debemos hacer. Siempre dentro de un marco último de supervivencia, ya que son una herramienta biológica que compartimos con animales.
 
  Las emociones son el drenaje químico de la información que lleva una vivencia concreta. Por ejemplo, la alegría nos informa de que algo nos gusta. El miedo, nos informa de algo que es malo o peligroso para nosotros. La rabia nos informa de que tenemos que actuar, tenemos que tomar una acción. La tristeza nos dice que nos apartemos, nos tomemos un tiempo y reflexionemos para entender lo sucedido. Y el asco nos informa de que estamos ante algo muy tóxico para nosotros.
 
  Como ves, si las emociones tienen su utilidad, son positivas para nuestra supervivencia. Decir que las emociones son malas es lo mismo que decir que un tumor es malo. El tumor, a nivel biológico te informa de que tu cuerpo ha tomado las riendas para ayudarte a su manera a resolver algo que no has podido resolver psicológicamente, algo que te ha sobrepasado. Es fastidioso, jodido o muy jodido experimentar ciertas emociones o pasar por un proceso de enfermedad (te lo aseguro por experiencia propia), pero biológicamente no tiene sentido esa denominación de bueno o malo. Biológicamente lo que existe es “esto te supone supervivencia” o “esto te supone no-supervivencia”.
 
  ¿Qué es lo “malo” en realidad respecto a las emociones? Pues 2 aspectos:

  • Las sensaciones molestas que aparecen en el cuerpo con emociones como miedo, rabia, tristeza, impotencia…
  • Y no saber qué hacer para darle salida esas sensaciones molestas

  Si alguien nos increpa y eso nos enfurece, deberíamos dar las gracias a la emoción de la rabia que químicamente nos prepara el cuerpo para tomar acción. O bien para contraatacar, o bien para defendernos o bien para salir corriendo. La rabia nos informa de que hay que tomar acción y encima mueve la química corporal para prepararnos para la lucha o la huida.
 
  ¿CUÁL ES EL PROBLEMÓN? El problemón viene cuando no hacemos aquello que la emoción nos está pidiendo hacer a gritos, cuando no encontramos ningún método de descarga química, y lo que hacemos es dejar esa energía bloqueada, congelada. Ahí estamos haciendo una malísima gestión emocional, porque cerramos la puerta de salida y ¿dónde queda esa emoción? Pues alojada en nuestro ser ocupando espacio y energía. Y esa energía que ocupa, nos resta energía vital. Esa cantidad de energía que amablemente nos estaba brindando nuestro cuerpo para hacer algo de dentro para afuera, se queda congelada dentro, ocupando el sitio que debería tener otra energía: la antedicha energía vital.
 
  ¿DE QUIÉN ES LA CULPA DE NO DAR SALIDA A LAS EMOCIONES? Pues la culpa es precisamente de la culpa. Me explico. La culpa es de sentirnos culpables por hacer algo que es considerado inadecuado, por sentirnos culpables de desobedecer, de ser distintos, culpables de ser como somos o de no aceptarnos en base a los condicionamientos sociales, familiares o religiosos. La culpa está en querer mantener a toda costa un autoconcepto de persona adaptada a la sociedad, de buena persona, persona correcta o políticamente correcta. Cosa algo absurda biológicamente hablando porque mientras en cada sociedad o grupo de personas hay normas distintas, el único punto en común es que todos los seres humanos compartimos biología, y por ende, compartimos la química de las emociones.

  La culpa es la ignorancia de no saber qué hacer con las emociones que en realidad forman parte de nuestra biología para nuestra supervivencia.
 
  Y JUSTO AHORA VIENE EL TEMA DEL DISFRAZ QUE SE PONE LA EMOCIÓN BLOQUEADA. Muchas personas no saben identificar sus emociones, y es que desde pequeñitos no nos suelen entrenar en esto. Nos enseñan ríos, mares, planetas y galaxias que seguramente no veremos nunca (o que ni existen), pero lo principal para ser adultos equilibrados y felices que es conocer y gestionar las emociones, de momento no.

  Bueno, en los últimos años sí que se habla mucho más de emociones en los colegios, pero claro, se hace al tiempo que los niños son adoctrinados para ser obedientes y bajar la cabeza ante la autoridad aunque no tenga razón esa autoridad. Y también para meterles mucha información estúpida para colapsarles y eliminarles la capacidad de razonar, de tener criterio y lo más importante, para castrarles la capacidad de dudar. Es decir, que te pueden hablar sobre cómo gestionar la rabia o la tristeza, y queda muy moderno, muy progre y muy cool… pero cuando tu ser sienta rabia o tristeza o impotencia por algo en la vida, te aguantas y te jodes igualmente porque las normas son las normas y tú no puedes hacer nada.

  A lo que iba. Muchas personas somos visuales, somos muy de recordar imágenes. Y con los conceptos abstractos como una emoción de la cual sólo podemos observar cómo se manifiesta en el cuerpo, tenemos la tendencia de ir más allá y asociarla a personas o situaciones, es decir, de hacernos nuestra propia película.

  Por eso cuando recordamos una vivencia en la que seguimos queriendo arañar, golpear, o pisotear a alguien, lo cierto es que no tenemos el problema con esa persona. Esa persona es una representación de NUESTRAS emociones bloqueadas. Si pensamos en el concepto de rabia por ejemplo, no vamos a conseguir desbloquear nada, porque es un concepto solamente, es una palabra de cinco letras y ya está. Pero si a la rabia le ponemos el disfraz de aquella persona a la que quisiste enfrentarte pero no pudiste o no te atreviste, entonces sí que tenemos la oportunidad de liberar esa energía congelada con alguna técnica de liberación emocional.
 
  Es fantástico observar cómo cuando se liberan las emociones, recuerdas el mismo evento que antes era traumático y ahora, automáticamente nuestra mente genera una nueva película en la que por ejemplo la rabia ya no está y ahora ha venido la pena y ha tomado el disfraz de la misma persona de antes. Es decir, que antes sentías rabia por esa persona, y ahora pena. ¿Cómo puede ser? ¿Entonces no era real esa rabia?

  Y no sólo eso, sino que cuando también desbloqueas la pena, recuerdas de nuevo aquella vivencia y tu mente te fabrica una escena en la que estás hablando tranquilamente con la otra persona y os dáis un abrazo, etc. ¿Cómo puede ser que tras una liberación emocional, cambie radicalmente la película que tenías montada incluso durante décadas en tu mente y sin hacer nada más allá de quitar las emociones disfrazadas? ¿Cómo puede ser que aflore el perdón al otro y el perdón a ti mismo/a en cuanto desaparecen esos disfraces?

  ¿QUÉ TE QUIERO TRANSMITIR CON ESTO? ¿Y QUÉ ME GUSTARÍA QUE INTEGRARAS PARA QUE TU VIDA CAMBIARA A MUCHO MEJOR COMO HA CAMBIADO LA MÍA Y LA DE OTRAS PERSONAS? Pues que cuando compruebas y asumes que no tienes nada contra las otras personas, sino que todo está en ti porque tienes emociones en el congelador de tu cocina mental, hay como mínimo 4 beneficios:

  • No culpas a otras personas de tus problemas, porque ellas sólo son disfraces que se ponen tus emociones bloqueadas o tus pensamientos erróneos… Y perdonas
  • No te culpas a ti por tener pensamientos terribles y macabros incluso respecto a seres muy queridos, no tienes que disimular ante ti mismo/a porque sabes que es un disfraz de emociones, que no es algo real… Y te perdonas
  • No te culpas a ti por sentir eso porque sabes que no supiste liberar las emociones al no saber cómo actuar, o porque no fue posible actuar en la situación en la que te encontrabas… Y te perdonas
  • Y el más importante, de la mano de todo ese PERDÓN te aflora la VALENTÍA. La valentía de mirar de frente a cualquier recuerdo sabiendo que no tienes ya que disimular ante ti mismo/a para seguir pensando que eres buena persona. Ya no tienes que taparte esos pensamientos y sentimientos a ti mismo/a. No tienes que disimular porque ya tienes la certeza de que eres una buena persona. Cuando naciste, eras una personita buena, alegre y cooperante. Así que al quitar todos esos disfraces, va a aflorar tu esencia. Eres bueno, eres buena en esencia. En todo momento sigues siendo aquel niño o aquella niña bondadosa que sólo quería querer y ser querido/a. Si no lo ves aún es porque quedan cositas por limpiar y disfraces que quitar.

  Para terminar el artículo, sólo decirte que la forma más rápida, amable y efectiva que conozco para eliminar esos disfraces y descongelar la energía de recuerdos o vivencias traumáticas la desarrollamos en el Curso AC-2 de Árboles Cuánticos (hay que hacer el AC-1 primero).

  Hay quien me ha dicho que a veces hablo demasiado bien de Árboles Cuánticos, y que no será para tanto. Lo que pasa es que, sin ser la panacea, y admitiendo que no siempre tenemos los resultados esperados, en muchas ocasiones han sido “mágicos” y alucinantes los cambios que han experimentado muchas personas. En esta misma web tienes un apartado en el menú acerca de los CURSOS.

Corto y cambio! Muchas gracias por leerme

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