Gracias a conocer a Pedro Gea, sus Árboles Cuánticos y sus libros, me siento más tranquila, más en equilibrio, más consciente, conectada en el presente y con lo que hay en mi alrededor, me siento más como la niña de la fotografía.

Curiosamente, cuando Pedro me preguntó que si me sentía así le gustaría compartir mi testimonio y mi foto de cuando era niña, había comentado el día anterior con una amiga lo que sentí con mi niña interior: que siempre sin haber oído hablar de “la niña interior” la había sentido. Pero que la dejé de sentir en la etapa más dura de mi vida (el fallecimiento de mi marido). Cuando volví a recuperar a mi niña, volví a conectar con esa niña que siempre sonreía, conecté de nuevo con la Alegría y a sentir que de nuevo era esa Margarita. Muchas gracias.